En sólo tres años se pasó de 18 pregrados y posgrados virtuales a 198. Aquí algunas de sus ventajas.
La educación virtual se puso de moda y las cifras así lo demuestran: en los últimos tres años, las instituciones de educación superior pasaron de ofrecer 18 programas virtuales a 198. La mayor oferta se concentra en especializaciones (54), seguida de carreras tecnológicas (53), técnicas (47), universitarias (35) y maestrías (9), según datos del Ministerio de Educación Nacional. Las áreas donde más existen son en economía, administración, contaduría y afines. Actualmente, 46 instituciones los ofrecen y más de 5.000 estudiantes gozan de esta alternativa de formación. "La educación virtual favorece el desarrollo de competencias en el uso de la tecnología, el aprendizaje autónomo, el trabajo en equipo y la posibilidad de intercambiar experiencias con compañeros de diferentes regiones", dice Eva Janette Prada, directora de Calidad para la Educación Superior del Ministerio. Los contenidos, agrega, son similares a los de un programa presencial, de manera que su metodología no limita la incorporación al mercado laboral; por el contrario, genera competencias adicionales en sus egresados. Manejo de comunidades virtuales, administración de páginas web y utilización de editores de texto son algunas de estas habilidades, agrega Javier López, director de Educación Virtual de la Universidad Manuela Beltrán. César Bermúdez es el resultado de un programa virtual bien estructurado. Hace poco fue premiado por haber obtenido el puntaje más alto en los exámenes de calidad de la educación superior (Saber Pro) como técnico profesional en Administración pública, con la particularidad de tratarse de una carrera virtual. Estudia en la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (CUN), en Mariquita (Tolima). "El éxito de un programa así depende del esfuerzo de uno mismo", dice. Una de las metas del Gobierno es duplicar los programas virtuales: pasar de 198 a 400 en el próximo cuatrienio. Lo que tienen que ofrecerle Según María Mercedes Ruiz, directora de la Universidad Autónoma de Bucaramanga Virtual, un programa a distancia debe ofrecer: Registro calificado . Estructura curricular por competencias o contenidos. Acceso a biblioteca digital, bases de datos, bienestar universitario y docentes con excelente formación, experiencia y, sobre todo, actitud positiva hacia las tecnologías de la información. Facilidad para hacer consultas y pagos en línea, enviar documentos, escoger materias y recibir asesoría. Aula virtual con herramientas de evaluación, de comunicación e interacción (correo, foros, 'chat', videoconferencias) y de contenidos (recursos para visualizar conceptos: audios, videos, fotografías, gráficos, animaciones, 'tutoriales'). La metodología y las estrategias de estudio deben ser claras. 'Interacción del conocimiento' La Universidad de Nariño tiene matriculados a 1.700 estudiantes de décimo y undécimo en seis programas técnicos, que viven en 45 municipios de Nariño. "Es un escenario para gestionar conocimiento. A estos jóvenes los formamos para construir empresa y generar ingresos a sus familias", dice Carlos Guaz-mayan, director de la U. de Nariño Virtual. 'Tienen tutor y profesor titular' "Un programa ciento por ciento virtual brinda cursos en plataformas especiales cuyas aulas virtuales tienen tutor, profesor titular y consejero académico para los diferentes módulos de estudio y guías de aprendizaje", indica Marelen Castillo, directora general de Uniminuto virtual. La U. Minuto de Dios ofrece maestría virtual. 'Aprenden a explorar Internet' El acompañamiento del docente (que es más personalizado) es clave, dado que la construcción de conocimiento es diferente. Se refuerza el auto-aprendizaje y la responsabilidad. "El estudiante aprende a buscar información relevante en Internet", explica Javier López, director de educación virtual de la Universidad Manuela Beltrán.
Publicación eltiempo.com - Sección Educación.
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